19 de marzo de 2009

¡BLANCA VARELA, HA MUERTO!

Ha muerto Blanca Varela y con ella la contraluz, los árboles nariz de plata
las esmaltadas imágenes, los litorales de vidrio, una onza de sabiduría,
algunas arañas que predican en Morse.

Ha muerto Blanquita, prodigiosa dama de la generación del 50, que deja
prendida con su poesía una tea de emociones curvadas por la luna, óleos, pinceles, mariposas, olas, epifanías, carreteros en fuga que, puestos en aviso de la muerte
de la vate, buscan sus hoyos para ocultar el dolor que se vive en la superficie
de Puerto Supe., Para olvidar el drama que se teje en el aire, la melancolía que se desentume y entra al alma, como las letras de Blanquita, puntada a puntada de lirismo,
zurcidas sensitivas, una vuelta y punto cruz de fineza y creatividad.

Hoy, estas letras
son un pequeñísimo homenaje
a quien contribuyo con su magistral:

Canto Villano.
Ejercicios materiales.
Como Dios en la nada.
Ese puerto existe.
El libro de barro.
La locura en tres días...
y más.


A que mis ojos / que leían
con la piel enteramente cuadriculada
 trazar acuarelas en la bóveda celeste.

¡Que descanses en paz Blanquita del alma!